El Papa Francisco aceptó la renuncia de monseñor Oscar Vicente Ojea al gobierno pastoral de la diócesis de San Isidro, tras cumplir 75 años, conforme al derecho canónico. Como resultado, monseñor Guillermo Caride, quien se desempeñaba como obispo coadjutor, asumió automáticamente como nuevo obispo de la diócesis.
La noticia fue anunciada simultáneamente en Roma y Buenos Aires por el nuncio apostólico, monseñor Miroslaw Adamczyk, a través de la Agencia Informativa Católica Argentina (AICA).
La diócesis de San Isidro abarca los partidos de San Fernando, San Isidro, Tigre, Vicente López y parte del Delta Bonaerense, con una población de aproximadamente 1.193.879 habitantes, de los cuales el 95% son católicos. Cuenta con 67 parroquias, 118 sacerdotes residentes, 52 diáconos permanentes, 36 religiosos, 134 religiosas y 123 instituciones educativas.
Monseñor Caride nació el 25 de mayo de 1962 en Buenos Aires y fue ordenado sacerdote en 1986. En 2018, fue nombrado obispo auxiliar de San Isidro y en 2024 asumió como obispo coadjutor. A lo largo de su ministerio, ha sido miembro de la Comisión Episcopal de Ministerios y Delegado de la Región Pastoral Buenos Aires. Su lema episcopal, “Sentir con la Iglesia”, refleja su compromiso pastoral.
Con este cambio, la diócesis de San Isidro comienza una nueva etapa bajo la guía de monseñor Caride, quien continuará con la misión pastoral y comunitaria de la Iglesia.
